El mal tiempo que ha padecido Europa durante, fundamentalmente, el mes de abril, y que ha encadenado muchos días seguidos de heladas en importantes zonas agrícolas, ha afectado a diversos cultivos -vid, fruta de pepita, kiwi,…-, siendo muy importantes los daños en fruta de hueso. Esto, sin duda va a condicionar la campaña europea de fruta de hueso de los meses de junio, julio y agosto.
Concretamente en Francia, se registraron temperaturas anormalmente bajas en casi todo el territorio, llegando a alcanzar 8 grados bajo cero en numerosas regiones. Diez de las trece regiones de Francia metropolitana se han visto afectadas por fuertes episodios de heladas en esos días. Esto sucede tras un mes de marzo que finaliza, los días 30 y 31, registrando las temperaturas más elevadas desde 1900, con temperaturas de hasta 25 grados en numerosas partes del país, lo que conllevó un importante desarrollo vegetativo. Esta combinación ha provocado que las heladas llegaran en un momento especialmente delicado para los cultivos que comenzaban a tener frutos altamente sensibles a los daños por heladas.
Tal ha sido la magnitud de los daños que el Ministro de agricultura francés ha calificado estos episodios de heladas como los peores de todo el siglo XXI.
Dentro de los diversos cultivos afectados, los frutales, y especialmente la fruta de hueso, junto con el viñedo, han sido los más dañados por los episodios de heladas. Según la FNSEA (principal sindicato agrario francés), la helada ha destruido el 95% de cosecha de albaricoques del departamento de Ardéche, al sur de Francia, que aporta el 50% de los albaricoques franceses. Daños muy importantes se han producido también en melocotón, ciruelas y cerezas, con zonas con pérdidas del 100% de la producción.
La fruta de pepita también ha tenido daños, aunque las medidas de protección, principalmente la aspersión, han sido eficaces en muchas zonas.
En cuanto a Italia, con temperaturas de hasta -7º en el Centro Norte (Toscana, Emilia-Romana, Véneto y Piamonte) la ola de frío ha afectado a explotaciones de frutales, viñas, hortalizas y maíz, causando fuertes daños, con una disminución de 50-75% de la producción. En Toscana, 8 noches de heladas han afectado los cultivos de hortalizas y árboles frutales en plena floración. En Emilia-Romana, las heladas llegaron en el momento decisivo para la fruticultura regional. Cerezos en plena floración, al igual que perales y manzanos, están sufriendo con las temperaturas a -4ºC. Pero la parte peor la han llevado las hortalizas de hoja destinadas al consumo fresco. En Véneto y Piamonte, también se han dado temperaturas anómalas con -6ºC. En Véneto, se han visto afectadas sobre todo cerezas, fresas, melocotones, albaricoques, manzanas, peras, granadas, kiwis y ciruelas, literalmente quemadas por las heladas.
En Piamonte, daños enormes a cultivos de frutas, y avellanas con cosechas enteras destruidas. La prensa habla de pérdidas de hasta 100% de kiwis y albaricoques, daños de 90% para melocotones y cerezas, y de 70-80% para peras y manzanas.
En Umbría esta ha sido la peor helada de los últimos 20 años, con impacto negativo en las frutas y hortalizas. A pesar de las instalaciones anti-helada, graves daños a frutales, hortalizas fuera de invernadero y fresas.
Alarma también en Cerdeña y en la provincia de Pistoia, donde los daños afectan en particular a las hortalizas de invernadero y las plantas ornamentales.
Según la Agrupación de productores Agrarios Coldiretti, “Albaricoques, melocotones, fresas, kiwis, hortalizas, reducidos prácticamente a la mitad. La ola de frío ha devastado los cultivos de Piamonte, Lombardía, Trentino, Véneto, Emilia Romagna, Marcas, Toscana, Molise”.
Para proteger los cultivos se han encendido fuegos en la noche para calentar los cerezos en floración, en Valtellina se han rociado las plantas con agua para crear un velo de protección contra el hielo, mientras que en los invernaderos se aumentó el nivel de calefacción con costos adicionales para las empresas.
Tomates, calabacines, pimientos y otras hortalizas, así como plantas ornamentales, y otras plantas que ya habían vegetado y ahora su posibilidad de venta es muy baja.
Los daños se extienden por muchos más países -Austria, Hungría, Polonia, Alemania, Reino Unido,….- en los que sus producciones para consumo local están igualmente muy afectadas.
Los efectos, aunque no tan devastadores, también se hacen sentir en las zonas de producción del norte de España, fundamentalmente en la provincia de Lérida.